No hay ningún animal que se escape de las garrapatas, ni nosotros los conejos. No importa si somos conejos salvajes o domésticos, que vivan dentro o fuera, cualquiera puede tenerlas, sea porque otro animal con el que convivimos las lleva o entran a casa.
¿Qué son las garrapatas?
Las garrapatas son unos parásitos de un color rojizo-marronoso que se alimentan de la sangre. Existen varios tipos de garrapatas pero las que suelen engancharse a nosotros son las duras (ixodoideas). Se llaman así por tener un caparazón duro, a diferencia de las otras.
Suelen medir entre 3 y 8 mm, aunque las hembras pueden ser más grandes.
¿Qué hacen o cómo se alimentan las garrapatas?
Las garrapatas una vez se han alimentado, caen al suelo para hacer la muda. Cuando ya son adultas se esconden en la vegetación y esperan a que aparezca una nueva fuente de alimentación, detectándola por su Co2 y su temperatura corporal. Entonces, saltan y se pegan a su nuevo huésped para absorber su sangre.
A la hora de comer, muerden al animal,y para poder seguir alimentándose hasta dejarse caer días después echan saliva, que contiene unas enzimas que mantienen la mordida abierta, y es entonces cuando pueden transmitir enfermedades a su huésped.
¿Dónde se suelen poner?
Normalmente, las garrapatas se encuentran mientras nos acarician o peinan. Buscan sitios como la zona de las orejas, el cuello, la nuca o la papada.
Para sacarlas hay que tener cuidado, extrayéndolas con unas pinzas. Se agarran por la zona de la boca para que así no suelten ninguna sustancia y acto seguido se matan.