El heno, como ya sabréis, es muy importante en nuestra alimentación, y su calidad lo es por igual.
Nuestro sistema digestivo depende de la fibra para funcionar perfectamente, y por eso es la mejor fuente para obtenerlo.
¿Qué es el heno y qué hace?
El heno es una gramínea, una planta herbácea que forma parte de la dieta de muchos animales, entre ellos, nosotros, los conejos.
Normalmente el heno proviene de dos plantas diferentes: Lolium multiflorum y Lolium perenne.
Pero también son usadas otras plantas como la avena, la alfalfa, la festuca, la cebada o la alfalfa.
Su fibra hace que exista un buen balance bacterial en el cecum, también va bien para prevenir el estreñimiento y hace que los conguitos sean bien majos (los deja húmedos y también hace variar su tamaño) entre otras cosas.
¿Por qué su calidad es importante?
El heno debe tener una calidad, al menos aceptable para que no nos cause ningún tipo de problema de salud. Aunque no lo parezca, todo aquel heno que tiene un color marronoso, incluso amarillento o que contiene mucho polvo, no es bueno. Significa que ya está más que pasado y no nos lo comeremos ni adornándolo. El polvo puede causarnos problemas respiratorios.
En caso de que haya heno que esté húmedo, meado o que huela mal, retiradlo. Ni nosotros queremos sentirnos mal luego, ni vosotros pasarlo mal porque estemos enfermos.
Así que nuestro heno debe ser aquel que sea verde, seco y largo, con un olor característico que hace que nos sea apetitoso.
En el mercado existen varios tipos de marcas, algunas vienen con diente de león, zanahoria, rosas, caléndula, manzanilla y alguna hierba aromática más.
¿Cómo se da el heno?
Hay muchas formas de ponernos el heno: en una bandeja, en una henera típica de jaula, un "pesebre", en tubitos, usando el tubo del papel del wc, cestas...Incluso dejándolo en el suelo (siempre vigilando que no nos lo meemos).
Dependiendo de lo que queráis que hagamos podéis elegir el lugar donde nos lo comeremos. Si queréis que nos distraigamos para sacarlo, un tubo será adecuado para que lo saquemos. También existen unas bolas colgantes para jugar arreándole y comer.
Almacenaje
Para conservar el heno, lo mejor que podéis hacer es tenerlo en un sitio seco, oscuro y bien tapado. Si se deja abierto o al sol, se secará y perderá las vitaminas que contiene.
Se puede dejar en la misma bolsa del heno en un armario, meterlo en un cubo con tapa o en una caja de plástico transparente.
Nuestro sistema digestivo depende de la fibra para funcionar perfectamente, y por eso es la mejor fuente para obtenerlo.
¿Qué es el heno y qué hace?
El heno es una gramínea, una planta herbácea que forma parte de la dieta de muchos animales, entre ellos, nosotros, los conejos.
Normalmente el heno proviene de dos plantas diferentes: Lolium multiflorum y Lolium perenne.
Pero también son usadas otras plantas como la avena, la alfalfa, la festuca, la cebada o la alfalfa.
Su fibra hace que exista un buen balance bacterial en el cecum, también va bien para prevenir el estreñimiento y hace que los conguitos sean bien majos (los deja húmedos y también hace variar su tamaño) entre otras cosas.
¿Por qué su calidad es importante?
El heno debe tener una calidad, al menos aceptable para que no nos cause ningún tipo de problema de salud. Aunque no lo parezca, todo aquel heno que tiene un color marronoso, incluso amarillento o que contiene mucho polvo, no es bueno. Significa que ya está más que pasado y no nos lo comeremos ni adornándolo. El polvo puede causarnos problemas respiratorios.
El polvo del heno |
Así que nuestro heno debe ser aquel que sea verde, seco y largo, con un olor característico que hace que nos sea apetitoso.
En el mercado existen varios tipos de marcas, algunas vienen con diente de león, zanahoria, rosas, caléndula, manzanilla y alguna hierba aromática más.
¿Cómo se da el heno?
¡Al ataque! |
Dependiendo de lo que queráis que hagamos podéis elegir el lugar donde nos lo comeremos. Si queréis que nos distraigamos para sacarlo, un tubo será adecuado para que lo saquemos. También existen unas bolas colgantes para jugar arreándole y comer.
Almacenaje
Para conservar el heno, lo mejor que podéis hacer es tenerlo en un sitio seco, oscuro y bien tapado. Si se deja abierto o al sol, se secará y perderá las vitaminas que contiene.
Se puede dejar en la misma bolsa del heno en un armario, meterlo en un cubo con tapa o en una caja de plástico transparente.