Vayamos por partes...
Cuando nos lavamos, las orejas son una parte de ello pero no llegamos por dentro. Lo ideal sería que revisaras el interior para asegurarte de que no hay nada, ni cera ni suciedad.
Además, las orejas, algunas veces pueden ser atacadas por ácaros, si llegáis a verlos, no dudéis en consultarlo con el veterinario. Lo mismo si existe suciedad, coméntadlo antes de ponernos nada dentro de la oreja.
Pasemos a los ojos. Podemos tener legañas y vosotros limpiárnoslas pero si veis que hay demasiadas o que los ojos nos lloran, debéis avisar al veterinario. Para limpiar los ojos de una simple legaña,con pasar una gasa suavemente sirve. No echéis nada que no haya sido recomendado por un profesional.
Las uñas es importante cortarlas cada vez que veáis que están largas. Si no sabéis cómo hacerlo podéis verlo aquí. Si no os atrevéis, vuestro veterinario lo hará e incluso os enseñará.
Otra parte que es importante que se limpie son las glándulas odoríferas, situadas en su área genital. Son dos pequeñas aperturas, una a cada lado. Para verlo tendréis que estirar un poco la piel.
Mis glándulas. |
Normalmente, mantendremos esa parte limpia pero si no es así podréis observar una especie de cera marronosa que huele. Para limpiarlo, podéis usar una gasa o un bastoncillo de algodón (de los que usáis para vuestras orejas) humedecidos con agua. Limpiad suavemente, si la cera es dura, hacedlo poco a poco. A nadie le gusta que le irriten sus partes.
Y finalmente, llega el ano. Es una limpieza muy simple, si existe suciedad, con pasar una gasa empapada en agua o una toallita apta para nosotros, bastará.
No os olvidéis del cepillado, es muy importante.Nos ayuda a sacar el pelo sobrante. Para más información sobre qué necesitas para cepillarnos, visita esta entrada.