Hace unos días, el grupo Sociedad Animal y Medioambiental de Taiwan criticó al Comité de Agricultra de Taiwan por usar conejos para producir la vacuna de la gripe porcina. La cifra de conejos usados asciende ya a más de medio millón.
Las víctimas de esta práctica estaban encerradas en cajas pequeñas (véase la foto) y en ellas se les inyectaba el virus, causándoles un dolor intenso. Más tarde, ya muertos guardaban sus órganos y algún que otro tejido para hacer las vacunas.
Pero no solamente les inyectaban el virus, sino que para eutanasiarlos usaban formas aún peores, que les causaban mucha más aflicción de la que ya habían pasado, como la embolia gaseosa (introducción de nitrogeno en la sangre) o usando dioxido de carbono (gas).
Fotografía de Sociedad Animal y MedioAmbiental de Taiwan
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Wu Hung, el jefe de la Sociedad Animal y Medioambiental de Taiwan, el grupo que denuncia los hechos, cuenta que la forma de trabajar de estas otras empresas pueden reemplazar a la que usa el Comité de Agricultura, alegando que son más eficaces.
El Comité de Agricultura lleva 20 años intentando erradicar esta enfermedad pero no ha tenido éxito.
"¿Es necesario usar animales para testar cuando existen alternativas? ¿Es esta enfermedad una excusa para que el Comité mantenga en pie la industria de las vacunas?" preguntó Wu Hung.
Desde 2005 no han habido casos de fiebre porcina en el país, por lo que pararlo, sería necesario.
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