Nuestro estómago a diferencia de otros herbívoros y rumiantes, sólo tiene una cavidad pero a pesar de eso, siempre se las apaña para no estar nunca vacío.
Esta cavidad tiene unas paredes muy finas, que además al principio tiene un esfínter que evita que se produzca el vómito.
¿Cómo funciona?
El estómago de un conejo funciona de esta manera: Al no tener unos músculos que hagan la función de mover el alimento por él, es el alimento que vamos comiendo el que hace que se mueva el que ya está dentro.
Es por eso que comemos varias veces al día, en pequeñas o grandes cantidades, depende de nuestras ganas. Seguro que lo habréis visto muchas veces, que nos dais el bol de la verdura y comemos un momento, dejando restos por el suelo y volviendo más tarde.
Nos racionamos para que nuestro sistema digestivo pueda seguir funcionando.
Una vez la comida es empujada por la nueva, pasa al intestino delgado (formado por tres partes: duodeno, yeyuno e ilión) donde la vesicula biliar y el pancreas, junto a otra glándula, segregan unas enzimas para que la digestión siga a delante. Entonces, se liberan todos los nutrientes que absorbemos y lo que queda, pasa por el ilión hasta llegar al intestino grueso (ciego y colon) donde se forman los cecotrofos y los conguitos.
Cuando no comemos es cuando se dan los problemas digestivos.
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