Floppy, una Belier bloguera, nos cuenta su relación con otras especies:
"Hola a todos!!
Hoy os voy a contar cómo es compartir mi vida con 3 bichos pequeños y peludos: las cobayas.
Mis hermanos Shelly y Spock llegaron a casa mucho antes que nosotras. A
Spock mami lo encontró en un contenedor de basura a pleno sol y se lo
llevó a casa y a Shelly lo compraron hace 3 años para que Spock tuviera
un hermanito con el que jugar.
Michi llegó de forma parecida hace unos meses. Mami vio en facebook que
en la tienda donde nos compran la comida tenían una cobayita pequeña que
vendían muy muy barata y directamente se fue a buscarla. Al llegar allí
le contaron su historia. La había comprado un señor para su mujer y
ella, como no la quería, propuso que la tiraran a la basura. Pero al
final decidieron llevarla a la tienda para que les devolvieran el
dinero. Menos mal que la compró mamá. Así estamos seguros de que Michi
está bien.
Convivir con cobayas es muy fácil. Spock y Shelly están todo el día
juntos y a su bola. Nunca quieren jugar con nosotras. Sin embargo,
Michi, tiene una crisis de identidad, ya que piensa que Arya es su mamá.
Y nada, ¡¡por mucho que se lo explicamos no hay manera!!.
La alimentación de las cobayas es muy muy similar a la nuestra y sus
necesidades, también. Comen pienso, heno y verduras, pero ellas
necesitan un aporte extra de vitamina C, por eso el pimiento es parte
imprescindible en su dieta. Así que podemos compartir ciertas cosas sin
problemas.
Además, son bichos muy sociables. Cada vez que escuchan el frigorífico o
cualquier cosa que ellos relacionen con comida pegan unos gritos…
La jaula de Spock y Shelly es como la nuestra, pero Michi vive en otra
jaula. La esterilización de cobayas es complicada y tiene más riesgos
que las nuestras, así que para evitar sorpresas desagradables, mami los
tiene separados. Pero Michi no se siente sola en ningún momento. Estamos
nosotras para darle mimos y jugar con ella.
Otra cosa que tenemos en común es la higiene. A ellas también se les
baña de forma ocasional y necesitan cortes de uñas y cepillados (si son
de pelo largo). Eso si, no llevan nada bien estos temas. Son bastante
gorrinos y no les gusta nada que mamá les limpie la jaula…
Las visitas al vete son menos frecuentes: una revisión anual y cada
vez que estén pochillos. Pero no necesitan vacunarse contra nada. Eso
sí, hay que prestar especial atención a sus dientes. Les pasa como a
nosotras, crecen, crecen…y a veces no tienen fin
¿Os animaríais a dar a vuestro conejito una cobaya como hermanito? Son tan majas…"
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